Si te vas voluntariamente de tu trabajo, generalmente no tienes derecho a recibir la prestación por desempleo, conocida como «el paro«.
La prestación por desempleo está diseñada para apoyar a quienes han perdido su empleo de manera involuntaria, como en casos de despidos o fin de contratos temporales.
Este sería uno de los principales requisitos que se necesitan para solicitar la prestación por desempleo, y por lo tanto afectará en la solicitud presentada ante el Servicio de Empleo Estatal.
Excepciones Importantes
Sin embargo, hay ciertas excepciones en las que, aún dejando el trabajo voluntariamente, podrías tener derecho a paro:
- Modificaciones Sustanciales del Contrato de Trabajo: Si tu empleador realiza cambios significativos en tus condiciones de trabajo que te perjudican (reducción de salario, cambio de horario, traslados lejanos sin justificación, etc.), y decides irte por este motivo, puede considerarse una causa justificada.
- Incumplimiento Grave por Parte del Empleador: Situaciones como falta de pago o retrasos continuados en el salario, acoso laboral o cualquier otra violación grave de tus derechos como trabajador.
- Traslado del Cónyuge: Si te ves obligado a dejar tu trabajo debido al traslado del cónyuge a otra ciudad o país por razones laborales.
- Violencia de Género o Acoso: Las víctimas de violencia de género o acoso en el lugar de trabajo que se ven obligadas a dejar su empleo para proteger su integridad.
Pasos a Seguir en Casos Excepcionales
Si consideras que tu situación se encuadra en alguna de estas excepciones, es crucial:
- Documentar y Argumentar tu Caso: Debes ser capaz de probar que la decisión de dejar el empleo fue por una causa justificada.
- Consultar con un Experto: Antes de tomar cualquier decisión, es aconsejable consultar con un abogado laboralista o un asesor para evaluar tus opciones y derechos.