El concepto de límite de concurrencia se refiere a cómo interactúan dos prestaciones: el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y el subsidio para mayores de 52 años. Ambos pueden ser compatibles, pero existen límites que pueden hacer que uno afecte al otro, reduciendo su importe o incluso anulando el derecho a cobrarlo.
El subsidio de mayores de 52 años, gestionado por el SEPE, está dirigido a personas desempleadas que han agotado otras ayudas y cumplen ciertos requisitos de cotización. En 2024, este subsidio es de 480 euros al mes, el 80% del IPREM. Pero para acceder a él, los ingresos mensuales del solicitante no pueden superar el 75% del SMI, que actualmente equivale a 850,50 euros mensuales.
Por otro lado, el IMV, gestionado por la Seguridad Social, garantiza una renta mínima según el tipo de unidad de convivencia. Su importe depende de los ingresos previos del hogar, y la cuantía se calcula como la diferencia entre lo que marca la Seguridad Social como renta garantizada y lo que ya se percibe de otras fuentes, como el propio subsidio.
Así se computa el subsidio como ingreso para calcular el IMV
Cuando una persona cobra el subsidio para mayores de 52 años, esos 480 euros mensuales se consideran ingresos a la hora de calcular si tiene derecho al IMV. Esto significa que si la renta garantizada para su tipo de unidad familiar es, por ejemplo, de 700 euros al mes, y sus únicos ingresos son los del subsidio, el IMV cubriría la diferencia: se percibirían 220 euros de IMV.
En cambio, si además del subsidio existen otros ingresos en el hogar, y entre todos superan la renta garantizada del IMV, entonces no se tendrá derecho a esta ayuda.
Este es un punto clave, ya que muchas personas creen que pueden cobrar las dos prestaciones en su totalidad sin problema, pero no es así: el IMV solo complementa hasta alcanzar el mínimo fijado, por lo que si ya se percibe una ayuda cercana a esa cifra, el IMV será mínimo o inexistente.
El IMV también cuenta como ingreso para el subsidio de mayores de 52 años
Al revés, el Ingreso Mínimo Vital también cuenta como ingreso computable para determinar si alguien puede recibir el subsidio de mayores de 52 años. Esto se debe a que el SEPE exige que los ingresos mensuales no superen el 75% del SMI, y al sumar el subsidio más el IMV, podría superarse ese tope.
En la práctica, como el subsidio son 480 euros, podría añadirse una pequeña cuantía de IMV sin superar el límite de 850,50 euros mensuales. Pero si el IMV recibido fuera de, por ejemplo, 400 euros, la suma total sería 880 euros y eso superaría el límite de rentas permitido para mantener el subsidio. Por tanto, en ese caso, el SEPE podría suspender el subsidio.
Esto puede generar confusión e incluso pérdidas económicas por desconocimiento de estas reglas. Es importante tenerlo en cuenta antes de solicitar ambas ayudas a la vez o durante el proceso de revisión anual.
Ejemplo práctico de cómo afecta este límite de concurrencia
Veamos un ejemplo para entenderlo mejor:
- Una persona sola, sin otros ingresos, cobra el subsidio de 480€.
- La renta garantizada del IMV para un adulto sin hijos es de 604€ al mes.
- Al percibir solo 480€, el IMV complementaría con 124€ mensuales, llegando así a los 604€.
En este caso:
- Sí puede recibir ambas ayudas, porque la suma total (604€) no supera el límite del 75% del SMI (850,50€) exigido por el SEPE.
- Si, en cambio, el IMV otorgado fuera más alto o si hubiera otros ingresos, es posible que el SEPE suspendiera el subsidio por superar el tope.
Por eso es esencial revisar los importes actualizados y calcular los ingresos totales antes de tramitar ambas ayudas o renovar cualquiera de ellas.