Desde el 1 de mayo de 2025, el reconocimiento de la incapacidad permanente total en España ha incorporado cambios importantes que mejoran las condiciones laborales de los trabajadores afectados. Esta incapacidad se concede cuando un trabajador, debido a una enfermedad o accidente, no puede seguir desempeñando su profesión habitual, aunque sí podría trabajar en otras actividades.
Tradicionalmente, este reconocimiento suponía la extinción automática del contrato laboral con la empresa, pero ahora esto ya no es así. Con la nueva reforma del Estatuto de los Trabajadores y la Ley General de la Seguridad Social, se elimina el despido automático.
El trabajador puede optar por seguir vinculado a la empresa mediante una adaptación del puesto o una reubicación interna que se ajuste a sus nuevas capacidades.
Esta decisión debe comunicarse a la empresa en un plazo de diez días desde el reconocimiento de la incapacidad, y la empresa dispone de tres meses para responder.
Eso sí, podrá rechazar esta solicitud si justifica que la adaptación o reubicación supondría una carga excesiva. Este nuevo marco ofrece una mayor protección para las personas que, a pesar de sus limitaciones, quieren seguir activas laboralmente y conservar su entorno de trabajo habitual.
¿Cuáles son los beneficios de la incapacidad permanente total?
Las personas que reciben el reconocimiento de una incapacidad permanente total pueden acceder a distintos beneficios económicos y sociales. El más relevante es la pensión, que equivale al 55% de la base reguladora.
Si la persona tiene 55 años o más y está en situación de desempleo, esta pensión aumenta hasta el 75%. Además, este tipo de incapacidad lleva asociada una asimilación al 33% de discapacidad a efectos laborales, lo que facilita el acceso a ofertas de empleo reservadas para personas con discapacidad.
Otro punto importante es que, llegado el momento de la jubilación ordinaria, el trabajador puede elegir entre seguir cobrando su pensión de incapacidad o pasar a la de jubilación, en función de cuál le convenga más.
También es posible recibir un pago único en forma de indemnización, si se cumplen determinados requisitos, y optar al complemento para reducir la brecha de género. No obstante, es importante aclarar que esta asimilación del 33% no equivale automáticamente a un reconocimiento de discapacidad oficial.
Para eso, es necesario solicitar el certificado de discapacidad a través de los servicios sociales de la comunidad autónoma correspondiente.
Tabla de beneficios por incapacidad permanente total
Beneficio | Detalles clave |
---|---|
Pensión del 55% | Sobre la base reguladora. |
Pensión del 75% | Si se tienen 55 años o más y no se trabaja. |
Compatibilidad con empleo | Posible adaptación o reubicación desde mayo de 2025. |
Acceso a empleo protegido | Asimilación al 33% de discapacidad para el ámbito laboral. |
Complemento de brecha de género | En caso de cumplir con los requisitos establecidos. |
Elección entre pensiones | Al llegar a la jubilación, se puede elegir entre pensión de jubilación o IP. |
Pago único opcional | Solo disponible si se cumplen ciertas condiciones específicas. |
Qué cambia desde mayo de 2025 para los nuevos casos
Con la entrada en vigor de la reforma el 1 de mayo de 2025, las personas que obtengan el reconocimiento de incapacidad total ya no tendrán que abandonar obligatoriamente su puesto de trabajo.
Podrán pedir la adaptación del puesto actual para ajustarse a sus nuevas condiciones o bien solicitar un cambio dentro de la empresa, siempre que haya vacantes compatibles. Si eligen finalizar el contrato, podrán hacerlo libremente, pero ya no será una imposición.
Este cambio ofrece más libertad al trabajador y permite una transición más flexible hacia nuevas funciones, si así lo desea.
Para ello, deberá comunicar su decisión a la empresa en los diez días posteriores al reconocimiento de la incapacidad. La empresa tendrá tres meses para estudiar su solicitud. Eso sí, podrá rechazarla si demuestra que implica una carga excesiva.
Esta modificación no tiene efecto retroactivo, por lo que solo se aplica a los nuevos casos desde la fecha de entrada en vigor. Sin duda, se trata de una mejora importante en la legislación que favorece la inclusión laboral y evita que una incapacidad signifique automáticamente la pérdida del empleo.