El Ingreso Mínimo Vital (IMV) está diseñado para garantizar un nivel básico de ingresos a las personas y familias más vulnerables.
Sin embargo, en algunos casos, la Seguridad Social puede reclamar cantidades si considera que el beneficiario no cumplía los requisitos económicos. Uno de los factores clave para acceder o mantener esta ayuda es el test de activos financieros.
¿Qué es el test de activos financieros?
Antes de conceder el IMV, la Seguridad Social analiza no solo los ingresos de la unidad de convivencia, sino también sus bienes financieros. El objetivo es asegurarse de que la ayuda llegue realmente a quienes no disponen de recursos suficientes.
Este test permite evaluar la capacidad económica de una familia más allá del salario o las prestaciones recibidas, teniendo en cuenta el dinero que pueda haber en cuentas, inversiones o depósitos.
Qué activos financieros se tienen en cuenta
Para calcular si una familia puede o no recibir el IMV, se estudian diversos productos financieros. No basta con declarar ingresos; también es obligatorio demostrar que no se superan los umbrales fijados.
Entre los activos que se analizan, se encuentran:
- Cuentas corrientes y de ahorro: Se tiene en cuenta el saldo medio anual de todas las cuentas de cada miembro de la unidad de convivencia.
- Depósitos a plazo fijo: Se suman como parte del patrimonio financiero total.
- Acciones y participaciones: Tanto en empresas como en cualquier tipo de sociedad o producto bursátil.
- Fondos de inversión y otros productos financieros: Se valoran como parte del patrimonio económico familiar.
Límites establecidos según el número de convivientes
Una vez sumados todos los activos financieros, la Seguridad Social los compara con unos umbrales máximos. Si se superan, el IMV no se aprueba o, en caso de estar cobrándolo, se puede reclamar el reintegro.
Estos son los límites por tipo de unidad de convivencia:
- Una persona sola: hasta 18.579,07 euros.
- Dos personas: hasta 26.004,80 euros.
- Tres o más personas: hasta 33.430,54 euros.
Estos valores pueden actualizarse cada año, por lo que conviene revisarlos en la web oficial de la Seguridad Social.
¿Qué pasa si se superan los límites?
Cuando se detecta que los activos financieros de una familia superan el tope permitido, la Administración actúa de forma inmediata.
- No se concede el IMV: Si es la primera vez que se solicita y se supera el umbral, se deniega la ayuda.
- Se puede reclamar un cobro indebido: En el caso de personas que ya lo están cobrando, la Seguridad Social puede exigir la devolución de lo recibido, alegando que se incumplía el requisito económico.
- Revisiones periódicas: La Administración puede revisar en cualquier momento la situación económica de la unidad de convivencia para comprobar si se mantienen los requisitos.
Se tienen en cuenta todos los miembros del hogar
Uno de los errores más frecuentes es pensar que solo se valoran los activos del solicitante. En realidad, se estudia el patrimonio de toda la unidad de convivencia.
Esto incluye cuentas a nombre de los hijos, del cónyuge o de cualquier otra persona que viva en el mismo domicilio y se declare como parte del hogar familiar. Por eso, es fundamental revisar todos los datos antes de solicitar o renovar el IMV.